miércoles, 18 de marzo de 2009

CONCEPTOS BÁSICOS PARA ENTENDER EL CONFLICTO ÁRABE-ISRAELÍ

miércoles, 18 de marzo de 2009
¿QUÉ ES EL SIONISMO?

El sionismo, cuyo nombre deriva de la palabra Zion, sinónimo tradicional de Jerusalén, surgió como una nueva concepción del nacionalismo judío nacida del contexto sociopolítico de la Europa oriental del s. XIX.
Aunque del primer defensor del ideario sionista fue Moses Hess, su principal ideólogo fue Theodor Herzl, creador del sionismo político.
El sionismo, básicamente, se basa en dos premisas:
1. Los judíos de todo el mundo forman un solo “pueblo” y es además el pueblo elegido por Dios.
2. Palestina es el territorio “histórico” de ese pueblo, que les ha sido otorgado por mandato divino.
En base a esas dos irracionales, ahistóricas y alegales premisas el movimiento sionista establece la famosa frase de “Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”, enunciado, por otra parte completamente falso como lo corroboró ya en 1891 el ensayista judío Achad Haam tras un a visita que realizó a Palestina: “Desde fuera estamos acostumbrados a creer que Israel está casi vacío, que nada crece aquí y que cualquiera que desee comprar tierras, puede venir y comprar lo que su corazón anhela. En realidad la situación no es esa. En todo el país es difícil encontrar tierra cultivable que no haya sido cultivada ya”.
En base a las premisas anteriormente mencionadas, el movimiento sionista estableció como objetivo principal: “La creación de un hogar nacional judío auspiciado por el derecho público internacional”.
Ya en 1896 T. Herzl describe el futuro hogar judío, dando a entender a Europa que sus intereses confluían en ese proyecto, de la siguiente forma: “Allí deberíamos ser un trozo de la muralla europea contra Asia, un puesto avanzado de la civilización frente a la barbarie” (Theodor Herzl, A Jewish State, p. 29, Londres, 1896).
Fue precisamente el carácter colonizador del proyecto sionista y el cruce de intereses políticos y económicos entre Gran Bretaña y el movimiento sionista, lo que convenció a la potencia colonialista a participar en el proceso de construcción de un futuro estado judío en las tierras de Palestina.
En 1917 tras arduas negociaciones entre el gobierno británico y representantes del movimiento sionista, el ministro de asuntos exteriores por medio de la declaración Balfour se compromete a ceder parte del territorio de Palestina para la creación del futuro hogar judío. Desde ese momento el movimiento sionista ve más cercana la consecución de su gran objetivo.
Sin embargo, el verdadero objetivo del sionismo como dijo David Ben Gurión era el de asentar al hogar judío desde el Nilo al Eúfrates, simbolizados en las dos franjas azules de su bandera, es decir, el sionismo se consolidaba así como una forma no sólo de nacionalismo excluyente, y por tanto racista, sino también de carácter hegemónico y expansionista.

¿ES EL SIONISMO UNA FORMA DE RACISMO?

Sí, indudablemente.
El movimiento sionista desde el principio reunió a judíos de todas las convicciones, de izquierda, de derecha, religiosos y seculares, dando lugar a diferentes tipos de sionismo: sionismo socialista, sionismo religioso, sionismo político, sionismo cultural, sionismo sintético, sionismo revisionista..., de donde posteriormente irán surgiendo los diferentes partidos políticos israelíes, desde el Likud al Partido Laborista.
Sin embargo, a pesar de sus diferencias, todos actuaron juntos para conseguir su objetivo común: “el derecho del pueblo judío a tener un estado propio ubicado en la tierra de Palestina”. Todos partían de la premisa de ser el pueblo elegido y todos tenían la idea de la creación de una raza superior, concepto procedente del romanticismo alemán que después recuperará el nazismo.
El sionismo, para alcanzar su objetivo de crear un estado étnicamente judío, necesitaba expulsar a la población nativa, la población árabe, a los que consideraban como inferiores y salvajes, para ello, desde el inicio crearon una serie de estructuras paramilitares (Irgun, liderado por M, Bejín, Hagana comandada por D. Benm Gurion...) que sembraron el terror entre la población civil. Entre sus acciones se cuenta la utilización de coches bomba y voladura de edificios. La más conocida, la del hotel King Davidad Hotel en 1946, donde 91 personas fueron asesinadas.

Estas acciones, combinadas con otros factores, como la arribada masiva de inmigrantes, tras el holocausto forzaron que al Comunidad internacional cediera a sus pretensiones. En noviembre de 1947 la ONU establece el Plan de partición, que permitió el 15 de mayo de 1948, la posterior proclamación de forma unilateral, el Estado de Israel como estado judío. En sólo 14 meses consiguieron expulsar al 80% de la población nativa palestina, convirtiéndose en refugiados.
Un año después, en 1950 el gobierno israelí aprueba la “ley del retorno”, por la que cualquier judío de cualquier parte del mundo puede ir a Israel y recibir, automáticamente, la nacionalidad israelí, mientras que los palestinos, recientemente expulsados de sus casas y tierras, se les niega el “Derecho a retorno”, contraviniendo la Resolución 194 de la ONU.
Los sionistas van así construyendo los cimientos de su proyecto excluyente y racista: el estado de Israel.
David Ben Gurion, el 18 de julio de 1948, recogió en su diario un comentario dirigido a sus comentarios a sus compañeros sionistas, “debemos hacer cualquier cosa para segurarnos que los palestinos nunca regresarán. Los viejos morirán, y los jóvenes olvidarán”.
Existen muchos ejemplos que retratan el carácter racista del estado de Israel y de sus dirigentes, uno de ellos es la famosa frase pronunciada por Y. Shamir, recogida el 1 de abril de 1988 en el New York Times: “Los palestinos debería ser espachurrados como saltamontes y sus cabezas estampadas contra muros y tapias”.
La matriz racista del sionismo fue corroborada por al resolución 3379 de la ONU titulada “Eliminación de todas las formas de discriminación racial” que define al sionismo como una forma de racismo.
Pero todo lo expuesto anteriormente se puede concluir que el sionismo es un movimiento mesiánico nacionalista de carácter racista.

¿ES ISRAEL HOY EN DÍA SIONISTA, ES DECIR, RACISTA?

Sí.
El estado de Israel, hoy en día, por un lado, sigue practicando políticas sionista para la absorción de inmigrantes judíos y cultiva una visión del judaísmo como modelo de identidad cultural y nacional. Y, por otro lado, sigue implementando todo tipo de políticas de expulsión de la población árabe para, de ese modo, preservar el carácter judío del estado.
Israel no sólo continua defendiendo su idea de estado judío, sino que no ha abandonado en ningún momento sus aspiraciones expansionistas que ya hiciera publicas David Ben Gurion a mediados del siglo pasado. Desde la creación del estado de Israel, éste empezó a tener el respaldo de EEUU, llegando hoy en día a darse una especie de simbiosis entre la ultraderecha evangélica norteamericana (la administración Bush, por ejemplo) y los lobbys judíos, lo que se ha convertido en un nuevo tipo de sionismo, sionismo judeo-cristiano.
El estado de Israel lleva a cabo políticas discriminatorias con la población no judía del país, léase, musulmanes y cristianos, a los que trata como ciudadanos de segunda, llegando, en el caso de la población no judía de Jerusalén a negociar incluso el estatus de ciudadanía, aplicándoles tan sólo estatus de residentes. De hecho, la batalla demográfica para mantener la mayoría judía es el gran caballo de batalla del estado israelí, como han comentado sus lideres en multitud de ocasiones. Por eso toda su política relativa a la población no judía, tanto en Israel, como en los territorios palestinos ocupaos, consiste en la aplicación de todo tipo de estrategias de asfixia social, política y económica, tendentes a forzar la emigración de las comunidades no judías, es decir, la comunidad musulmana y la cristiana. Estas políticas represivas y racistas son más sutiles con los árabes que viven en Israel y mucho más drásticas y violentas con a población árabe que vive en los territorios palestinos ocupados.
Así mismo, la sociedad judía israelí, a excepción de un 3% aproximadamente, es en su conjunto sionista, puesto que defienden el carácter judío del estado de Israel en mayor o menor grado apoyan las políticas discriminatorias, militaristas y de limpieza étnica que su gobierno lleva a cabo con la población árabe. De hecho la ultima invasión al Líbano, con un saldo de más de mil civiles libaneses muertos fue apoyada por más de un 95% de la población judía.
Por lo tanto podemos afirmar que hoy en día el estado de Israel continúa siendo sionista, puesto que sigue defendiendo los cimientos de su creación, comportándose como un estado confesional, militarista, excluyente y racista.

¿QUÉ ES EL ANTISEMITISMO?

El término semita hace referencia a Sem, quien según los escritos bíblicos fuel el primogénito de Noé del que descenderían los hebreos, los asirios, babilonios, los habitantes de Etiopía, así como los árabes y otras comunidades de Orientes Próximo y Medio. Por extensión, semita se empezó a utilizar para designar a los pueblos ablandes de las lenguas semíticas y sus realizaciones culturales. Pese a carecer de toda base étnica, y al igual que sucedió con el término ario, la voz semita se transfirió de su significado lingüístico original a un nuevo significado racial.
El término antisemitismo fue acuñado en 1879 por el periodista Wilhelm Marr y Wilhelm Scherer usó ese mismo término “antisemiten” en Neue Freie Presse, utilizándolo por primera vez en un panfleto que exhortaba a la hostilidad contra los judíos descontextualizada de toda connotación religiosa.
Esa definición, puede llevar a algunas confusiones pues no sólo los judíos pertenecen al tronco semita, por ello sería más apropiado utilizar el vocablo judeofobia, ya que antisemita , etimológicamente caria referencia a los sentimiento y prácticas racistas tanto contra árabes, como judíos, entre otros.
Sin embargo, hoy en día, el antisemitismo es un término que hace referencia al conjunto de sentimientos, prejuicios, ideologías y prácticas xenófobas contra los judíos.
Por paradójico que parezca, desde el inicio, el dogma sionista ha incorporado muchos elementos de las doctrinas antisemitas, empezando por la idea de la incompatibilidad entre judíos y no judíos. Fue esa, precisamente la razón por la que una de las personas que con más tesón se opuesto a la aprobación de la declaración Balfour fue el ministro británico, judío, Edwin Montagu, secretario para la India, que consideraba que un apoyo oficial a la idea de Palestina como patria de los judíos, ponía en duda las pertenencias nacionales de los judíos de diferentes países en donde vivían, negando así toda posibilidad de integración, lo que a su juicio daba alas al antisemitismo.

¿ES LO MISMO SER ANTISEMITA QUE ANTISIONISTA?

No.
Ser antisionista es sencillamente estar en contra del estado de Israel bajo los preceptos racistas sobre los que fundamenta su existencia. Contrariamente a lo argumentado por los sionistas, ser antisionista no es “querer echar a los judíos al mar”.
Los movimientos antisionistas predican la desaparición del estado racista de Israel y la construcción de un nuevo estado, en el territorio de la Palestina histórica, realmente democrático donde puedan convivir gente de diferentes rezos y confesiones, judíos, musulmanes, cristianos y todo aquel que decida ir a vivir allí.
Todos los grupos proisraelies tildan de antisemita cualquier afirmación o a cualquiera que se atreva a decir algo en contra del estado de Israel. Al utilizar el término antisemita lo que se pretende es rememorar el holocausto nazi, sabiendo que, particularmente Eurpa sigue siendo sensible a ese tema por su sentimiento de culpa histórica. De ese modo pretenden justificar y exculpar las brutales prácticas raistas, militaristas y genocidas que el estado de Israel lleva a cabo con la población Palestina
(Texto extraído de Palestina Resiste, Cuaderno, Komite Internazionalistak)

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